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Hechocon❤: la pasión de emprender

  • ubeucomunicaciones
  • 5 oct 2020
  • 7 Min. de lectura

Hecho con❤ es un emprendimiento pastelero de María Florencia Alcázar, una joven tunuyanina . Tal como su nombre lo sugiere, en cada producto queda reflejado la pasión y el amor que Flor le ha puesto desde el inicio a su negocio. A continuación, les compartimos la entrevista que desde UBEÚ comunicación le realizamos.



Ficha emprendedora

Nombre completo: María Florencia Alcázar

Edad: 25 años

Ocupación/ profesión: Pastelera de ❤

Emprendimiento: Hechocon❤

Redes sociales: hecho.con









¿Cómo y cuándo surgió la idea de emprender Hechocon❤? ¿Cómo fueron esos primeros pasos?


Nunca fue como una idea planeada, sino que siempre en mi casa hacía cosas dulces. Siempre hacía las típicas tortas, todo bien casero, bien en casa. Y un día mi cuñada me pidió que le hiciera tartas dulces para el cumpleaños de la nena. Me compró las cosas, se las hice y las llevamos al cumple. Y la mamá de mi novio me dijo “Flor vos tendrías que hacer cositas dulces para vender, para que tengas tu plata”.


Yo estudié Enología, estuve 4 años y medio estudiando. Me faltaban 4 materias para recibirme de Licenciada y abandoné la carrera por cuestiones personales, por problemas de salud. Hacía más de un año que no rendía materias, no estaba haciendo nada porque tampoco podía. Entonces ahí mi suegra me sugiere la idea de hacer cosas dulces. Y un día estaba en mi casa y me dije “bueno, tengo que hacer algo” y busqué un par de recetas que tenía en mi casa y me puse a hacer alfajorcitos de maicena. Era la primera vez que hacía y salieron muy bonitos. Salí a venderlos en un tupper rojo por la zona del Persa.


Mi novio me acompañó porque me daba vergüenza. Recuperé esa plata y se la devolví a mi papá porque ellos habían puesto los insumos. A la semana le pedí $500 a mi novio para poder comprar insumos y fui a comprar los ingredientes básicos para hacer los alfajorcitos de maicena. Me puse, los hice y la segunda semana volví a salir a vender los alfajores. A la semana, con la plata que había juntado le devolví lo prestado a mi novio y volví a comprar insumos. Y así sucesivamente, sin tener que pedirle plata a nadie


Después de esas 2 o 3 semanas de salir a vender alfajores de maicena, se sumaron tartitas pequeñas, se sumaron pastafloritas y ya no salí más a la calle. Empecé a publicarlas en Facebook y estuve un mes y medio así, y ya la gente me pedía para pasar a retirar. Fue de repente (no sé cómo explicarles), en un abrir y cerrar de ojos: no lo esperaba y lo hice para hacer algo, para despejar mi cabeza y tener un ingreso.


Un tiempo después mi hermano me sugiere hacerme una página en Instagram. Acepté su consejo y me hice mi logo, todo muy casero con una aplicación que me descargué porque yo no tenía ni idea (risas). Después me lo modificaron porque estaba medio medio y me hice una página en Instagram.

Charlando con mi abuelo, que me preguntó qué estaba haciendo, le conté “Lalo, estoy vendiendo cositas dulces y he pensado un nombre, pero no sé si te va a gustar. Le voy a poner a mi empresa Hecho Con ❤”. Y él me miraba y no entendía la consigna. Y le expliqué que el ❤ no es sólo con amor, es con pasión, es con el corazón y es con lo que la gente quiera pensar en el momento que lee el nombre. Y así surgió el nombre e inventé la idea del logo.


¿Con qué desafíos te encontraste en el camino? ¿Qué sorpresas gratas te llevaste desde el inicio hasta aquí?


Yo creo que tener un emprendimiento es un desafío, sin dudas. Hace dos años no me consideraba como una emprendedora, pero hoy sí. Hoy yo me puedo definir como emprendedora. Y como tal, puedo decirles que serlo es un desafío constante: siempre uno tiene que perfeccionarse, uno tiene que buscar la excelencia (lo digo por mí) y si hoy algo me sale mal, veo que puedo hacer para mejorarlo.


Y desafíos con respecto a los clientes...los clientes me piden un montón de cosas que quizás yo no he hecho nunca y las quiero hacer. Y hago todo lo posible para que eso salga bien. Me encantan los desafíos que me piden los clientes, es mi parte favorita.


Con el tema de los productos, siempre tenés que ir modernizándote. Cuando yo presento un producto nuevo, también considero que es un desafío porque no sabés si a la gente le va a gustar o no. Lo mismo que con las propuestas especiales para ciertas fechas (por ejemplo, día de la madre) y estoy expectante de que si a la gente le gusta o no.


Por eso reafirmo, emprendimiento es igual a desafío todo el tiempo.


Con respecto a las sorpresas, para mí todo lo que me ha pasado es bueno. Pero, sin dudas, lo más lindo es el cariño que recibo de la gente. Sinceramente yo no puedo creer cómo la gente se toma el tiempo de mandarme un mensaje, de subir fotos. Eso, para mí, es súper importante. Y siempre se los agradezco, porque eso me ayuda a mí, me incentiva y me hace sentirme bien. El cariño de la gente es lo que más me ha sorprendido.


El diseño, el rosa y el ❤

¿Qué personas te motivaron a dar los primeros pasos? ¿Quiénes conforman el equipo de Hechocon❤?


El primero que me ayudó y que me dijo “hacelo” es mi novio. Él fue el que me prestó los $500 y el que primero me impulsó. Y ya cuando mis papás vieron que esto iba en serio, no sólo invertí en una batidora, sino también compré una heladera, un horno, otra batidora más industrial. Invertí también en los moldes, las espátulas, los colorantes, las cosas para decorar. Y empecé a tener ganas de mi propio espacio, siempre pensando en crecer. El apoyo de mis papás fue fundamental. La familia, siempre. Lo mismo que mi novio y mi abuelo.


Mi abuelo era panadero, entonces cuando yo le conté qué estaba haciendo, él me dijo “si te gusta, seguí. es sacrificado, pero si te gusta seguí”. Estaba contento, porque si bien no es lo mismo, de cierta forma alguien estaba siguiendo sus pasos.

Con respecto al equipo, somos las batidoras, el horno y yo (risas). Soy el equipo prácticamente. Soy quien lleva todo: desde idear el producto, la producción, la compra de insumos, la decoración, el cocinar, el armar, contestar mensajes, redes sociales, hacer los pedidos a Buenos Aires o Mendoza… más tomar los pedidos, agendarlos. Básicamente todo.


Obviamente que tengo a mi familia detrás que siempre me apoya y tengo un “Esperanzo” (risas) que es mi novio, que me ayuda con el armado de las cajas. Mi papá me apoya desde la parte de los negocios, él me ha enseñado un montón sobre administración, sobre todo lo que es insumos, cuentas, costos. Y mi mamá es la miembro número 1 porque me aguanta en todo sentido y es la colaboradora con opiniones y con el lavado de las cosas.


¿Cómo es tu rutina diaria? ¿Qué beneficios encontrás en el emprender?


Es muy difícil el tema de la rutina, sobretodo porque emprender es un 24/7. Uno se levanta, se acuesta y sueña con el emprendimiento. Me levanto pensando en pastelería, me acuesto pensando en pastelería, sueño con pastelería. Y así todos los días de mi vida, de lunes a lunes.


Me levanto muy muy temprano, entre las 6 y las 7. Trabajo toda la mañana: armo decoraciones, contesto todos los mensajes del día y sigo trabajando. Paro tipo 13 para almorzar, descanso un rato y después a la tarde sigo. Estoy todo el día trabajando.


Y no hay rutina, sí organización. La organización se basa en mi pizarra con todos los pedidos de la semana y así me voy organizando. No siempre hacés lo mismo, siempre hacés cosas distintas.Y a mí eso me gusta. No me gusta hacer tortas iguales: todo el tiempo estoy pensando cómo hacer para cambiar detalles, siempre voy modificando. Por eso creo que es una rutina, pero tampoco tanto.


Emprender tiene muchos beneficios y muchas contras. Los beneficios es poder hacer lo que a uno le gusta y lo que nos hace feliz porque yo con esto soy feliz. No me gustaría trabajar de esto, en otro lugar. Yo soy feliz acá: en mi taller, con mi emprendimiento, con mis clientes, con la relación que tengo con los clientes. Soy feliz acá, no me veo haciendo este trabajo en otro lado. No sería feliz, no podría. El ser tu propio jefe tampoco existe, ser emprendedor es dedicarle la vida al emprendimiento. Entonces no sos tu propio jefe, sino tu único empleado.


Sabemos que las redes sociales ocupan un papel importante en los emprendimientos. Desde tu experiencia, ¿qué función creés que ocupa la comunicación en Hecho con❤?


Las redes sociales son todo y más para un emprendedor. Y más que nada, en mi caso, Instagram y su público joven. Están pendientes del teléfono, les gusta que suba cosas, que cambie cosas. A mí, Instagram me dió trabajo. Me topé con que la gente subía fotos e historias para que yo las comparta y así fue creciendo.


Las redes sociales me dan trabajo. Por redes sociales obtengo consultas y clientes. Tomo los pedidos por WhatsApp por una cuestión de organización.


Casi todos los pedidos que tengo vienen por Instagram. Tuve que poner en el perfil un link para derivarlos a WhatsApp y tomar los pedidos por ahí. Sin Instagram, no estaría acá. Y en el momento no lo ví así, lo creé sólo para subir las fotos y hoy es mi fuente de trabajo.

Lo nuevo de Hechocon❤

Para finalizar, ¿qué consejos o sugerencias le darías a alguien que quiere emprender?


Un emprendimiento no es tan fácil como parece o como la gente lo ve desde afuera. Tengo 3 palabras para decirle a un emprendedor: constancia, dedicación y sacrificio.


Un emprendimiento es 24/7. Vos sabés que si mañana no te levantás, tu emprendimiento no va a funcionar. Si yo no me levanto, no voy a tener listo el pedido de mi cliente, entonces: responsabilidad.


El emprendimiento es todo tuyo y si vos no le das la vida, no va a funcionar. El sacrificio es mucho. A veces hay que dejar de lado un montón de cosas por el emprendimiento. Pero uno se da cuenta que eso da sus frutos, sin dudas.


La dedicación es todo, yo doy la vida por el emprendimiento. Doy mi vida por Hecho Con ❤, es de la única forma de que pueda funcionar y mantenerse a lo largo del tiempo.


Además, es súper fundamental tener el propio estilo. Uno puede tener referencias siempre de otro: de una, dos, tres personas o las que sean. Pero tener tu propio estilo es lo que te lleva al éxito. El tema de hacer lo que hace el otro no está bueno y la gente se da cuenta. Está bien que uno siga su línea y seguir con el camino de uno: les aconsejo siempre mantener la línea y el mismo estilo, por más diferentes que sean las propuestas o los pedidos del cliente.




 
 
 

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UBEÚ COMUNICACIONES   -    Consultora de Comunicación Integral

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